31/1/09

LA ENTREVISTA CON JOSEP FUSTÉ DUEÑO, ENTRENADOR Y JINETE DE TIPOLINO (Gracias a J.C.Ribera)



Josep Fusté Dueño: "Tipolino es un purasangre como Puyol: se vacía en la pista"

Esta es la historia del purasangre más feliz del mundo, de todo un pueblo que admira a su caballo.

Josep Fusté Dueño. Foto:  EMILIO PÉREZ DE ROZAS
Josep Fusté Dueño. Foto: EMILIO PÉREZ DE ROZAS
EMILIO PÉREZ DE ROZAS
--Para que se haga cargo del tipo de entrevista: yo llego a Prats de Lluçanès, que ya es llegar, y busco una granja, una masía, un establo, y me dicen: "No, no, tiene que ir al número 59 de la calle Major". Llego, y es una casa normal. Baja usted, abre el garaje y allí donde todo el mundo guarda el Ibiza, usted tiene un caballo de carreras, con su cuadra y su jardín. ¿Me lo explica?
--Sencillo: no tengo otro sitio donde tenerlo. Más sencillo aún: en ningún sitio estaría mejor cuidado que en casa. Tipolino es como mi gato, como mi perro, la mascota del pueblo. Lo paseo por Prats, la gente le saluda, le preguntan cómo está, cómo le fue en Vila-seca, donde arrasó. Lo acarician y hasta algún chavalito se atreve a montar en su grupa. Le diré que en La Fasina, el bar del pueblo, hay más audiencia cuando corre Tipolino, y lo dan por La 2, que cuando juega el Barça. Yo le doy de comer tres veces al día, mamá le baja una zanahoria, papá, una manzana, y él, más feliz que nadie; cero estrés.

--Me han dicho que la muletilla más usada en Prats de Lluçanès es "vives mejor que el caballo de Pep".
--Pues sí, así es: cuando le quieren decir a alguien que es el tío más feliz y suertudo del mundo, le suelen decir que es como Tipolino. Y aciertan. No le falta de nada. Tiene dueño, entrenador, jinete, mozo, familia, chófer y todo un pueblo pendiente de él. Vive mejor que yo, sí. Se lo merece.

--Le costará un dinero, ¿no?
--Pues no, no, desde hace dos años, Tipolino se autofinancia. Lo comido por lo servido. Ya le digo, una joya. Y encima me come en la mano.

--Usted debe de ser el único propietario de un purasangre que no lo tiene en una cuadra, en un hipódromo; el único entrenador del mundo que solo tiene un caballo, y el único jinete autodidacta total.
--Yo soy el único propietario, entrenador y jinete que hace todo esto por amor al deporte; bueno, al caballo, a las carreras. Empecé así y así seguiré. El día que en Catalunya haya un hipódromo, igual lo dejo. Me he montado esta vida por necesidad, porque en Catalunya no hay otra forma de tener o de disfrutar de un purasangre que no sea así. No tiene sentido comprarse uno y dejarlo en San Sebastián o Madrid para que lo cuiden otros, lo entrenen otros, lo mimen otros y lo disfrute otro. Yo lo tengo en casa y, por esclavo que parezca, es un placer, pura gloria.

--¿Cómo empezó todo?
--De niño siempre me gustaron los caballos. Mi amigo Antonio Montanya, ganadero, siempre ha tenido caballos de paseo, y yo me pasaba las horas libres del cole en su cuadra. Me hice mayor y le propuse comprar un potro para entrenarlo, y compramos a Bidania. Pero no sabía que para entrenar a un potro necesitas un guía, una liebre, otro caballo que le enseñe cómo se corre. Y nos fuimos a Marsella a comprar a Tipolino, no para correr, sino como lazarillo de Bidania. Pero, de pronto, Bidania se lesionó y nos quedamos con Tipolino que, mira por dónde, ha salido un caballo veloz, magnífico.

--Cuando llega a los hipódromos con Antonio y su caballo en el remolque, la gente debe de alucinar.
--El primer día que fuimos al hipódromo de Lasarte, en Guipúzcoa, la gente no se lo podía creer. Les expliqué quién era, mi profesión, de qué vivía, dónde tenía y entrenaba a Tipolino, y la gente, entrenadores y jinetes se tiraban por los suelos. Les conté que me había hecho una pista de 600 metros en la parte de atrás de casa, y que mi amigo Nisi Posas, el dueño del campo, me hacía de mozo de cuadras. Los tíos flipaban. "Es como si Fernando Alonso entrenase en una pista forestal", me dijo uno. Corrimos y hasta los últimos 400 metros no nos ganaba nadie. Me felicitaron y ya no se han vuelto a reír de mí. Ahora se ríen conmigo.

--¿Qué diferencia a Tipolino de los otros caballos de carreras?
--Que es 100 veces más feliz que ellos. Su dueño no lo explota, no lo quiere para ganar dinero; su entrenador no lo machaca y su jinete lo deja correr a su aire. No conoce el estrés. De ahí que aún dé guerra a los 8 años, cuando el resto de purasangres hace ya años que están jubilados. 64 carreras, 9 victorias y 34 veces colocado, es decir, entre los cuatro primeros. Magnífico para alguien que fue comprado para hacer simplemente de liebre de un potrillo.

--Algún fuet de Casa Taradellas habrá desviado hacia la cuadra...
--¡Ni hablar! Tipolino es familiar, del pueblo, pero muy profesional.

--¿Ha intentado convencer al señor Tarradellas para que le financie el relevo de Tipolino?
--Aún le queda cuerda para rato y, además, el señor Tarradellas prefiere invertir en líneas de pizzas. Y hace bien, ¡qué caray!, es lo suyo. Y sabe.

--Para acabar, dígame: ¿cómo es Tipolino en la pista, cómo corre?
--Yo le dejo correr a su aire, libre. Es todo corazón y coraje, puro sentimiento. Es un purasangre como Puyol: se vacía en la pista, lo da todo. Gane o pierda, abandona el hipódromo sabiendo que ha dejado el alma. Y yo, feliz. Como él. Ya lo ve, tan pancho. Un caballo del pueblo.

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